Los traumatismos de genitales externos en niños son relativamente frecuentes por la naturaleza misma de los juegos que practican los niños y su incidencia se incrementa en épocas escolares por la mayor presencia de ellos.
Predominan los traumatismos contusos, es decir, aquellos que no ocasionan penetración en las bolsas escrotales. Estos son producidos por caídas a horcajadas (caídas sentado con las piernas abiertas sobre sobre una estructura sólida a manera de montar un caballo), puñetazos o puntapiés en el área escrotal, pelotazos, accidentes de tránsito o cualquier elemento externo que choque con el área genital.
Los síntomas y signos que presente el niño después del traumatismo dependerán de su mecanismo de producción y de la intensidad del mismo.
Si el traumatismo ocurre en el colegio deberá llevarse al niño a la enfermería del colegio y acostarlo para mantenerlo en reposo. Adicionalmente, se le colocará una bolsa con hielo para disminuir el proceso inflamatorio y la formación de hematomas. Si se presenta dolor persistente se le dará de tomar un analgésico como paracetemol a una dosis de 10 a 20 mgr. por kilo de peso vía oral(presentación: paracetamol 100 mgr. por cucharadita de 5 cc.) con el que cuenta la gran mayoría de colegios en sus botiquines de emergencia. El niño estará en observación y se comunicará este percance a los padres para que sigan la observación en casa.
¿Qué cosas se debe observar?. Se debe observar si el dolor es persistente o se incrementa con el paso de las horas, si las bolsas escrotales se hinchan, si cambia de color las bolsas escrotales, si el niño orina o no, la cantidad y características de la orina, si es roja o como "lavado de carne" o si se eleva el bajo vientre.
Ante una evolución negativa, los padres, deberán acudir inmediatamente a un servicios de emergencia pediátrica o a su médico de confianza para que se le practiquen al niño las evaluaciones y exámenes auxiliares necesarios a fin de descartar las consecuencias más graves de este traumatismo como son: la torsión testicular ( más frecuente en púberes y adolescentes), la ruptura uretral (el canal por donde se orina), la ruptura testicular o la lesión de los anexos del testículo.
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